Texto de la semana
Domingo de las delicias
El sol aún no deja de salir, aún amanece y anochece, mamá aún prepara el café familiar cada mañana, el rocío aún besa los pétalos tempranos de nuestras utopías. Aún, los días del calendario mueren entre las cenizas del fénix, aún la agonía y la monotonía invaden mi cabeza, aún durante el primer sexteto, tu rostro es mi consuelo, aún el último y primer día tú me sorprendes con tus delicias impregnadas de amor de madre, aún reímos, compartimos y consolamos momentos de nostalgia en ansias de la libertad. Aún, hoy es un día perfecto para hacerme ausente de mi realidad, aún, me siento libre junto a tu alma y nuestras utopías, aún, disfruto abrir mi corazón libremente hacia ti y viceversa.
Me sintonizo aún con tus sentimientos, te descifro aún entre bocados, caricias, masajes e ideales óptimos. Aún, me destrozan tus tristezas, aún me alientan tus alegrías en busca de un futuro mejor. Es agobiante para mí, aún, el recordar aquel derroche de sentimentalismo, amor e ideales futuros, aún entre bocados de amor, ya en mi realidad adversa. Y así es como aún emprendo la avanzada entre días desolados y nefastos a fin de hallar aún mi libertad junto a tu alma en las pinzas de la libertad. Aún en aquel majestuoso, primer y único día.